jueves, 24 de mayo de 2012

La importancia de la historia en la Panadería Venezolana.

Cuando el comer, lejos de ser una necesidad meramente fisiológica, sea un supremo acto deleitoso para los sentidos y, si a la vez, se ame profundamente la tierra en que se vive o se haya vivido, entonce surge en nuestro ser una especie de nacionalismo gastronómico que estará presente a lo largo de la vida. La identidad nacional o folclórica se puede expresar de múltiple maneras. Una de ellas es a través de la gastronomía con todas sus vertientes, como es el caso de la panadería, cuyo tema es el objeto del presente escrito.
Pan Piñita. Foto: Gabriel LIberatoscioli
En Venezuela, esta identidad en sus pobladores le ha faltado fuerza y proyección, en consecuencia, a lo largo de su historia no ha habido un registro formal que resguarde esos valores culturales, conllevando a la lamentable pérdida de gran parte de este acervo nacional a través del tiempo. Lo poco que nos ha llegado ha sido gracias a la tradición oral y a la perpetuación de los nobles oficios que han pasado por lo general entre familias de generación en generación o de maestro a aprendiz. La panadería en Venezuela no escapa de esta problemática. Hasta hoy en Venezuela no existe un trabajo exhaustivo y académico que narre su historia con secuencia cronológica de la panadería de este país, que explique las variaciones que ha sufrido a través del tiempo. Tampoco existe un formulario panadero que plasme por lo menos los panes venezolanos de mayor importancia y que incluya la metodología tradicional y artesanal de elaboración. Solo existen trabajos dispersos, en algunos casos muy buenos, por cierto, desarrollado por investigadores serios y acuciosos, pero que en definitiva no ha sido suficiente porque esos trabajos están estrechamente limitados a algún hecho concreto o enfocado en algún pan específico. Se ha escrito sobre la gastronomía propia de Venezuela pero muy poco de su panadería. Entre algunas de las obras valiosas que se puedan resaltar en torno a la panadería venezolana es "El Libro del Pan de Jamón" de Miro Popic, la cual narra la historia de este soberbio pan venezolano degustado inexorablemente en todas las navidades de las familias venezolanas desde su creación. Existen otras obras que tratan de gastronomía en general mas no exclusivamente de panes Venezolanos, tan solo se limitan en hacer menciones sobre alguno panes sin profundizar mucho en esta importante materia. Por otro lado, existen vacuos ejemplares de recetarios de panes venezolanos que distan de ser una obra que valga la pena en el sentido histórico o como referencia en cuanto a la autenticidad de sus elaboraciones primigenias. Son obras meramente con fines comerciales cuyos contenidos distorsionan y minimizan el acerbo panadero venezolano.
La panificación de Venezuela es tan interesante y tan hermosa como los sublimes sabores y aromas emanados de sus panes. Es menester rescatar la panadería primigenia de nuestro país a través de la investigación y la documentación. Igualmente es de suma importancia la perpetuación de la panadería popular actual, así como también la panadería de autor.
Si el Venezolano no hace un esfuerzo en alcanzar estos noble objetivos mencionados con anterioridad, este país quedará desmemoriado y carente de todo identidad nacional.